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Notícias De las lágrimas de Nadal por el himno español a la fiesta en Málaga pese a la derrota: "¡Disfruta, Rafa!"

Roter.Teufel

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De las lágrimas de Nadal por el himno español a la fiesta en Málaga pese a la derrota: "¡Disfruta, Rafa!"

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El público del Martín Carpena se vuelca con el mallorquín en el que pudo ser su último partido como profesional.

Y el público del Martín Carpena de Málaga respondió hasta al último "¡Vamos!". Los 13.000 aficionados que se reunieron este martes para animar a Rafa Nadal en el que su posible último partido empezaron encendidos, un ambiente eléctrico, una ovación detrás de otra, y así acabaron pese a que el marcador se decantaba cada vez más a favor de Botic van de Zandschulp. Del fervor inicial se pasó a la esperanza y luego directamente al agradecimiento. No hubo decepción, no después de todo lo vivido con Nadal.

Sin los grandes nombres anunciados, ni Roger Federer, ni Novak Djokovic -también se rumoreó con la presencia de Barack Obama o Bill Gates-, el pabellón andaluz se volcó en animar a Nadal pasase lo que pasase en el encuentro. "¡Disfruta, Rafa!", le gritaba una aficionada ya en el segundo set, como resumen del ánimo general. De la victoria de Carlos Alcaraz ante Tallon Griekspoor depende ahora que Nadal tenga otra oportunidad para hacerlo y que su despedida pueda ser distinta, más festiva, exitosa.
Vestido desde cuatro horas antes

Por ganas del propio Nadal no será. Con el lastre de su propio físico, el vencedor de 22 Grand Slam estuvo entregado al partido desde que salió del Hotel Higuerón de Fuengirola; por su parte no quedó. En las inmediaciones del Martín Carpena apareció poco antes de la una del mediodía y tan motivado estaba, tan metido, que ya iba vestido de corto, tal y como saltó a la pista cuatro horas después.

En su calentamiento junto a Roberto Bautista ya estaba concentradísimo y luego desató su larguísimo ritual de preparación: los sprints por el pasillo, las derechas al aire, sus saltos al cielo. Esta temporada, en Barcelona, Madrid y Roma, incluso en Roland Garros, se le había visto más enfocado que nunca, volcado en la posibilidad de su regreso, pero este martes estaba todavía más serio. Estaba claro que era un día muy especial para él y, si quedaba alguna duda, se despejaron bajo las notas del himno español.
La emoción por el himno

Después de que el capitán, David Ferrer, Bautista y Pedro Martínez entrasen en la pista con una bandera valenciana en homenaje a las víctimas de la DANA, todos los jugadores de España se pusieron en formación y Nadal se emocionó durante la ceremonia. No hubo lágrimas, pero temblaban los labios: poco faltó. Luego se rehízo para encarar el duelo ante Van de Zandschulp, pero esa emoción ya no se marchó.

En cada punto ganado, un "¡Vamos!", a pesar de los pesares. Pese a sus problemas en el resto y en los movimientos laterales, Nadal lo peleó y lo peleó y lo peleó y lo peleó. "¡Sí se puede, sí se puede!", le cantaba el público del Martín Carpena cuando ya era casi imposible. El momento más eléctrico, de hecho, llegó con el 6-4 y 4-1 en el marcador, es decir, con dos breaks en contra, cuando la posibilidad de una remontada 'nadaliana' elevó los ánimos hasta el frenesí. No pudo ser. Pero el público del Martín Carpena de Málaga respondió hasta al último "¡Vamos!"

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